miércoles, 13 de noviembre de 2013

Descripción y argumento de Renca, París y Liendres, ópera en tres actos con solista violín.



Renca, París y Liendres
Ópera en tres actos con solista violín




Descripción

Las desigualdades sociales y culturales entre los seres humanos se transforman en míticas cuando se cristalizan en el tiempo hasta convertirse en una gran fisura. Los poderosos forjan leyendas para convertir sus privilegios en justos, naturales y necesarios; mientras los débiles desean, obedecen y luchan sus mandatos. Sin embargo, fuera del hechizo de la dominación, las leyendas que definen la belleza y la moral son grotescas elucubraciones que derrochan crueldad y muerte. A través de antiguos y nuevos personajes míticos como el Caeza de Chancho, Don Emilio, la Guatona Metalera, el Flaite Ilustrado y el Kiltro Warén, la ópera “Renca, París y Liendres” es el horrendo drama de la injusticia que cruza nuestra sociedad, el retrato perfecto de nuestros venenos despojados del hechizo de la “verdad” y la necesidad.




Argumento

La ópera abre su telón con su conflicto original: la cruz del cerro Renca se encuentra invertida, y ante esa evidencia aparece un personaje mítico del Renca rural y colonial: el "Caeza´e Chancho". Azuzado por Don Emilio (otro personaje mítico renquino), "Caeza´e Chancho" desciende desde el cerro decidido a castigar a los culpables de esa inversión. Como lo ha hecho eternamente, desde el nacimiento de los tiempos de Renca, la misión de este engendro es restaurar el orden impuesto. Su rostro deforme, un cuerpo grotesco, la vanidad del poder, y su violenta autoridad, son las armas con las cuales intentará imponer sentido a la vida de los renquinos.

Pero a su llegada encontrará nuevas criaturas que harán lo imposible por seducir, manipular y vencer sus intenciones. La "Guatona Metalera", el "Kiltro Warén" y el "Flaite Ilustrado" son personajes actuales y míticos: están en las esquinas y las plazas del Renca actual, y nos señalan las violencias y contradicciones de la marginalidad chilena, al mismo tiempo que sus marcas atávicas y míticas.

El conflicto entre el Caeza e Chancho y los personajes renquinos, encuentra un tercer antagonismo en Don Emilio (quién personifica la consciencia vidente, pero también culpable de las atrocidades del Caeza e Chancho). El es la cicatriz en el rostro de la deforme modernidad chilena.

Al ritmo de la traición y las bajas pasiones, los personajes intentarán a toda costa conquistar sus ilusiones de poder y ocultar sus miserias; haciendo gala de las locuras que la exitosa vía chilena de la felicidad ha inculcado: el clasismo, el consumismo, el individualismo, la violencia, la exclusión y la neurosis.

Cuenta la leyenda que "Caeza e Chancho" nació fruto de una violación en la época colonial; y al igual que esa historia, la obra surgió a partir de una extraña orgía: el amorío artístico entre el género más serio de la ópera y la sátira social; el acto iconoclasta del humor popular y la memoria permanente de la lucha contra las injusticias. "Renca, París y Liendres", representa lo más crudo y grotesco del inconsciente cultural chileno; y lo es porque sus personajes son los monstruos deformes en que nos hemos convertido, sin verlo ni saberlo.


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